jueves, 16 de febrero de 2012

Conclusión:

Bueno, como has visto, tus oídos son geniales -¡procesan los sonidos de tu alrededor e impiden que pierdas el equilibrio! Recogen las ondas de sonido de tu reloj despertador, transforman las ondas en vibraciones y las vibraciones en impulsos nerviosos, para que el cerebro pueda decir, "¡Despertador! ¡Esto quiere decir que es hora de levantarse!" Los oídos te mantienen en equilibrio cuando metes la cabeza en la caja de cereales para encontrar el premio durante el desayuno y cuando te agachas para alcanzar la mochila de la escuela. Trata bien a tus oídos y no metas nada dentro de ellos -esto podría dañar el conducto auditivo o el tímpano. Y es una buena idea tener cuidado cuando el sonido es realmente fuerte porque puede lesionarte los oídos. Lleva tapones a los conciertos con música muy alta, mantén el volumen lo más bajo posible en tu estéreo y lleva siempre protección para los oídos si utilizas algún aparato que haga mucho ruido como los que trabajan la madera o los metales. Seguro que quieres que tus oídos lo oigan todo -desde el mínimo chirrido de un grillo en el bosque hasta el partido de baloncesto más ruidoso en el gimnasio. ¡Tres vivas por los oídos!

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